Una alteración significativa de los logros que se mencionaron en la pestaña correspondiente. Como se dijo al inicio, se puede ser más “complaciente” o por el contrario se debe ser más “estricto” en el seguimiento, dependiendo de cada caso en particular.
¿Qué signos pueden indicar alguna dificultad del desarrollo motor?
Los signos que se destacan a continuación son sólo pautas para ayudarnos a estar alertas al desarrollo de nuestras hijas e hijos. No significa que ante la presencia de uno o más de estos signos, automáticamente queden “rotulados” con un problema del desarrollo. Sólo que vale la pena que consultemos con especialistas según sea el caso (para el caso de lo motor, esto puede incluir consultas por neuropediatría, fisiatría, fisioterapia y/o terapia ocupacional).
Alteraciones significativas del tono: Sin entrar en detalles técnicos, hay niños cuyos cuerpos parecen más “aguados”, “absolutamente blandengues” y otros que por el contrario son “tiesos como un palo”. Esta situación – cuando existe en grado suficiente para ser anormal – casi siempre es detectada en la consulta regular de pediatría. Sin embargo, en casos extremos, si las familias creen detectar esta condición puede estar indicada una consulta oportuna para recibir un mensaje de tranquilidad si es del caso, o para iniciar una intervención oportuna en caso contrario.
Asimetrías: En general, los dos lados del cuerpo deben ser comparables. No significa que deban hacer las mismas cosas o que deban siempre moverse al tiempo. Pero en ocasiones un lado del cuerpo es claramente diferente del otro en tamaño o volumen (acortamiento de un pie o mano muy notables), tono muscular (lo que mencionamos de esos cuerpos “blandengues” o muy “tiesos”), marcada menor movilidad en un lado, excesiva torpeza en un lado. En estos casos puede haber una alteración neurológica por la que se debe consultar.
Pérdidas del equilibrio constante o de la sensación (sentir) de brazos, o piernas. Cuando una niña o niño pierde constantemente el equilibrio, cae al piso sin razón aparente, o se queja de no estar sintiendo sus brazos o piernas y no los puede controlar, puede haber una alteración neurológica y es muy importante consultar.
Pérdidas de los logros que había adquirido. Cuando un niño “retrocede” en las habilidades que ya había ganado debe ser llevado a consulta.
La actividad motora no debe doler. En ocasiones un ejercicio intenso puede desencadenar un discreto dolor pasajero. No obstante, el dolor sostenido y/o intenso durante la actividad motora no es normal y debe ser motivo de consulta.
