¿Cuáles son los principales logros del desarrollo motor?

Nacimiento a 1 mes

Nacimiento a 1 mes

Durante este período los bebés tienen muy activos los llamados reflejos primarios que son movimientos involuntarios del cuerpo en respuesta a determinados estímulos y que le permiten al bebé por ejemplo alimentarse entre ellos los reflejos de búsqueda del pecho materno y de succión. Ante ciertos estímulos táctiles o sonoros el bebé activará el reflejo de moro. En este lleva ambos brazos al mismo tiempo hacia los lados y luego los trae al centro (parece asustado, aunque en realidad no lo está) y luego llora. El bebé reacciona a luces y sonidos moviendo ambos brazos y piernas. Si se pone un objeto frente a su rostro y se desplaza de forma horizontal de un lado a otro veremos cómo el bebé lo logra seguir con la mirada. También está presente el reflejo de prensión palmar, que ocurre cuando ponemos nuestro dedo en la palma de su mano, él cierra los dedos y agarra.

Entre 1 y 3 meses

Entre 1 y 3 meses

El bebé puede sostener la cabeza, levantarla de la cama cuando está boca abajo, y ya no se necesita sostener su cabeza al cargarlo (esto se dará progresivamente y lo iremos sintiendo). Cuando hay algún sonido puede girar la cabeza en la dirección de este. Si está acostado boca arriba lleva sus manos al frente de su rostro, las observa y luego las trae a la boca, también logra agarrar un objeto liviano (como un cascabel) en su mano por algunos segundos. Con estas acciones el bebé inaugura su ingreso al maravilloso mundo de las acciones voluntarias y deja de estar ya restringido a acciones reflejas.

Entre 3 y 6 meses

Entre 3 y 6 meses

El bebé logra el control de cabeza cuando está sentado y se le da apoyo al cuerpo. También empieza a sostenerse sentado por momentos cortos. Comienza a voltearse. Inicialmente puede ser medio giro y luego se completa: boca arriba a boca abajo, y viceversa. Ya logra agarrar con mayor firmeza un objeto en la mano, llevarlo hasta su boca e incluso podrá intentar pasarlo de una mano a otra.

Entre 6 y 9 meses

Entre 6 y 9 meses

En este rango de edad el bebé se va afianzando en la posición sentado, inicialmente logra sostenerse cuando se le pone en esta posición sin ningún soporte (no solamente de nosotros, sino cojines que lo “ciñen”), luego logra sentarse por sí mismo (pasar de posición acostado a sentado) y mantenerse así. Esto facilitará el proceso de alimentación, al igual que la evolución en el manejo de las manos, pues ya logra agarrar objetos más pequeños entre el pulgar y el índice (lo que conocemos como la pinza). Ante estímulos novedosos si está boca abajo empezará a arrastrarse sobre su abdomen impulsándose con los pies. También logrará sostener un objeto en cada mano y luego puede dejarlos caer intencionalmente, por lo cual los cuidadores tendrán que jugar a devolvérselos para que el bebé entienda el ciclo de “aparecer y desaparecer”.

Entre 9 y 12 meses

Entre 9 y 12 meses

Esta edad se caracteriza por que el bebé empieza su proceso de desplazamiento logrando moverse de un lado a otro por la casa. Generalmente gatean alternando rodillas y manos (movimiento de patrón cruzado). Posterior a esto, pueden sostenerse de algún objeto o persona, ponerse de rodillas hasta quedar luego de pie, y al final del período sostenerse en pie solos por unos pocos segundos (“solitos”). Esto resulta muy emocionante para madres, padres y cuidadores, quienes estarán animando al bebé para estos desplazamientos a través del juego que se realiza en el suelo de la casa u otras superficies como el pasto. En su afán de conocer y experimentar el bebé podrá sostener hasta tres objetos en sus manos, buscará objetos escondidos y también podrá sacar algunos objetos que están dentro de una caja.

Entre 12 y 24 meses

Entre 12 y 24 meses

Entre los 12 a 13 meses empiezan a dar sus primeros pasos autónomos. De allí en adelante su marcha progresará en fluidez, gracia y equilibrio hasta que hacia los 18 a 20 meses “camina bien”. Al adquirir este logro llegarán otros como: correr, subir y bajar escalones, patear una pelota, subir hacia un pasamanos, etc. Estos últimos ya empiezan a estar influidos por la oportunidad de ejercitarse que se le brinde a la niña o el niño: si por temor a que se lastime o por falta de acceso a un parque o similar (por tiempo o por lejanía) tiene pocas oportunidades de ejercitarse, estos logros aparecerán un poco más tarde y/o con menor habilidad. La coordinación ojo-mano se vuelve más precisa, así podrán llevar la cuchara a la boca por ejemplo. A lo largo de este período, gradualmente llegan a: poner aros en una estaca, dar vuelta a dos o tres páginas por vez, garabatear (pintar aún sin mucho control) espontáneamente sobre una hoja de papel, hacer girar perillas, pasar de una mano a la otra un marcador o cualquier herramienta de dibujo o pintura. Al comienzo de esta etapa podrán armar torres de 3 cubos imitando a su cuidador, esta habilidad progresará hasta lograr apilar 5 cubos.

24 a 48 meses

24 a 48 meses

A los 30 meses pueden caminar en la punta de los pies, giran con bastante gracia y se mueven rítmicamente con la música (inician desde antes, pero el movimiento acá se va volviendo más sincronizado). Sus manos han ganado en habilidad y utiliza cubiertos (aun cuando riega buena parte de la comida); si se le permite (¡y claro que debe permitirsele!) puede alimentarse solo (en parte con cubiertos y en parte con la mano). Empieza a ayudar para desvestirse y manipula sus juguetes con bastante habilidad. A los 36 meses tiene un buen dominio del lápiz y dibuja con cierta soltura, puede imitar rayas horizontales y verticales, es capaz de rasgar papel utilizando la pinza y además también puede ensartar objetos perforados en un cordón. También aquí sus logros están influidos por la oportunidad de ejercitarse y su acercamiento a actividades que les permitan jugar con estos materiales, u otros que ayuden a desarrollar estas habilidades. Sus piernas han ganado en fortaleza y agilidad: puede pararse en un solo pie y saltar (casi siempre sobre el mismo sitio, sin mayor desplazamiento). Pueden también empezar a pedalear en un triciclo. A los 48 meses “ya es grande”. Sus manos son esencialmente funcionales para casi cualquier tarea razonable que se le pida. Salta en un solo pie y puede empezar a jugar golosa. Puede lanzar una pelota por encima de su cabeza con lo que domina lo que se llama: el arco del movimiento. Algunos empiezan a utilizar bicicletas “con rueditas”. En un parque convencional utilizan y disfrutan de todos los juegos (columpios, rodaderos, pasamanos, balancines). Se integran a juegos grupales con mayor contacto (se perciben más “bruscos”) y encuentran su lugar en el juego sin detener el movimiento (juegos con pelotas, la lleva, cometas, etc.). A partir de esta edad los logros motores están más en función de la oportunidad de ejercitarse, explorar y a la motivación.

No nos cansaremos de insistir en la importancia de ofrecer a las niñas y niños esas oportunidades pues de ellas depende en buena medida el desarrollo de futuras destrezas pero también su bienestar.

Con frecuencia se escucha a familiares y acudientes lamentarse “porque la niña o el niño no suelta el celular”. Pero, ¿Qué otra cosa puede hacer si no nos hemos ocupado en enriquecer su mundo y sus oportunidades de ejercitarse, de explorar, de asombrarse con ese mundo maravilloso que debería abrirse ante él? Ahora bien, esa oferta de oportunidades no debe confundirse con la práctica (frecuente en algunas familias) de abrumar con objetos, actividades, instrucciones (haz esto, ahora esto otro, toma esto, dame aquello, quieres algo, ahora que hacemos…).

¿Cómo encontrar el equilibrio? Con el simple hecho de estar allí. Estar allí para cuando nos necesitan,  para picar su curiosidad, para ser sus cómplices y “asistentes”, para ayudarles a destrabar nudos que no logran destrabar, para permanecer “estatuas” cuando encuentran una oportunidad de exploración (objeto, fenómeno, animal, persona) que no nos incluye a nosotros…En fin, estar allí. Presentes!