¿Cuáles son las dificultades más frecuentes?

Las dificultades del aprendizaje tradicionalmente definidas, y que se identifican con mayor frecuencia son aquellas del aprendizaje de la lectura, la escritura y las matemáticas. Términos como dislexia, discalculia, disortografía o Trastornos específicos de la lectura, la escritura, el cálculo, se encuentran asociados a esas dificultades.

Hay también otra serie de dificultades (algunas de ellas que terminan en un diagnóstico de trastornos) que aunque no sean consideradas de manera estricta trastornos del aprendizaje, afectan de manera importante la habilidad de la niña/niño para aprender, y por eso las hemos incluido en este apartado.

Las dificultades atencionales y con los niveles de actividad también son dificultades que afectan el desarrollo y la relación con el entorno de las niñas y niños y que se ven con frecuencia. Cuando estas dificultades son lo suficientemente significativas para ser nombradas un trastorno, se usan términos como trastorno déficit de atención con o sin hiperactividad.

¿Cuáles son las dificultades más frecuentes?

En las últimas décadas, también se ha comenzado a prestar más atención a las dificultades que se generan a partir del procesamiento sensorial. Esto es: la manera como nuestros sentidos reciben información del entorno (estímulos que recibimos de nuestros sentidos), la procesan y generan una respuesta al estímulo (puede ser una acción como voltearse si lo llamaron, moverse de un lugar si se está en peligro, ajustar la posición del cuerpo para no caerse) puede estar alterada. Cuando hay esta alteración, las niñas y niños pueden actuar de formas que sus cuidadores no entendemos (pueden gritar de dolor frente a un estímulo que no parece doloroso), taparse los oídos y molestarse frente a ruidos cotidianos como la licuadora, o la aspiradora), golpearse contra todo, quejarse de que su ropa es pesada o de las etiquetas que tiene.

Las dificultades de origen socioemocional no son consideradas usualmente de forma estricta dificultades del aprendizaje, pero también tienen un impacto muy importante en el aprendizaje y la relación con el entorno. Estas dificultades impactan las habilidades de la niña o el niño para la convivencia social, para la relación con ellos mismos (una apropiada construcción de su auto- concepto, la resiliencia, la honestidad), y en últimas impactan su realización personal.